domingo, 31 de enero de 2010

Punto de vista/2


Desde el punto de vista del sur, el verano del norte es invierno.

Desde el punto de vista de una lombriz, un plato de espaguetis es una orgía.

Donde los hindúes ven una vaca sagrada, otros ven una gran hamburguesa.

Desde el punto de vista de Hipócrates, Galeno, Maimónides y Paracelso, existía una enfermedad llamada indigestión, pero no existía una enfermedad llamada hambre.

Desde el punto de vista de sus vecinos del pueblo de Cardona, el Toto Zaugg, que andaba con la misma ropa en verano y en invierno, era un hombre admirable:

—El Toto nunca tiene frío —decían.

El no decía nada. Frío tenía, pero no tenía abrigo.

Fragmento

- En el fondo lo que vos buscás es que una mujer se parezca a un hombre en su conducta sentimental, que reaccione como vos frrente a las mismas cosas. Anoche estabas tan entusiasmado con Ludmilla por lo de las papas fritas, y naturalmente te colmó de emoción que ella hiciera o dijera lo mismo que vos.
- No tanto -dijo Marcos-. No se trata de que yo busque las mismas reacciones porque sería aburrido; creo que hablé de disponibilidad, de latencia, eso tiene que saltar en su momento y las razones no tienen por qué ser las mismas, a las mujeres les gustan otras cosas, etcétera, como comprenderás no me voy a poner a revolotear por una vidriera de modelitos de verano.
- Hum -dije yo.
- Hum qué -dijo Marcos.
- Te acepto que una plastra es una plastra, aunque sea una maravilla de mujer en cualquier otro terreno.
- Ya no lo es si es una plastra.
- Dejame seguir, che. Yo te diría que eso que vos definís como manía o entusiasmo es algo particularmente masculino, sobre todo a partir de la edad adulta, porque es archisabido que en los hombres el niño se conserva mejor que en las mujeres.
- Como quieras, en todo caso yo buscaré siempre esas mujeres que inventan cada cinco minutos el aeroplano o el submarino, figurativamente hablando, que no pueden ver un par de tijeras y una hoja de papel sin recortar un conejito, que cocinan echando miel en vez de aceite en la sartén para ver qué pasa con las costillas de cerdo, y que en cualquier momento se ponen el rimmel en la boca y el rouge en las cejas.
- Mutatis, mutandis, vos querés que sean como vos, rimmel aparte.
- No que sean como yo, pero que me hagan sentirme yo a cada minuto.
- Las musas, en una palabra.
- No es por el egoísmo ni porque ande necesitando palancas para mover el mundo. Solamente que vivir con una mujer pasiva me aplasta poco a poco, me quita las ganas de cambiarle la yerba al mate, de cantar a gritos mientras me bañe; hay como una especie de sorda llamada al orden, de cada cosa en su lugar, el canario está triste, la leche no se va al fuego, es siniestro.

viernes, 22 de enero de 2010

lunes, 18 de enero de 2010

“No tomando nada en serio, ni considerando que nos fuese dada, por cierta, otra realidad que nuestras sensaciones, en ellas nos refugiamos, y a ellas exploramos como a grandes países desconocidos.”

Fernando Pessoa

En una especie de 'homenaje' por decir.

viernes, 15 de enero de 2010

Hacer. Hacer algo, hacer el bien, hacer pis, hacer tiempo, la acción en todas sus barajas. Pero detrás de toda acción había una protesta, porque todo hacer significaba salir de para llegar a, o mover algo para que estuviera aquí y no allí, o entrar en esa casa en vez de no entrar o entrar en la de al lado, es decir que en todo acto había la admisión de una carencia, de algo no hecho todavía y que era posible hacer, la protesta tácita frente a la continua evidencia de la falta, de la merma, de la parvedad del presente. Creer que la acción podía colmar, o que la suma de las acciones podía realmente equivaler a una vida digna de este nombre, era una ilusión de moralista. Valía más renunciar, porque la renuncia a la acción era la protesta misma y no su máscara.

"El desorden en que vivíamos, es decir el orden en que un bidé se va convirtiendo por obra natural y paulatina en discoteca y archivo de correspondencia por contestar, me parecía una disciplina necesaria aunque no quería decírselo a la Maga. Me había llevado muy poco comprender que a la Maga no había que plantearle la realidad entérminos metódicos, el elogio del desorden la hubiera escandalizado tanto como su denuncia."