viernes, 2 de marzo de 2012





Ya no existía nada,
la nada estaba ausente;
ni oscuridad, ni lumbre,
-ni unas manos celestes-
ni vida, ni destino,
ni misterio, ni muerte;
pero seguía volando,
desesperadamente.

(«Vuelo sin orillas»)

lunes, 21 de marzo de 2011

martes, 14 de diciembre de 2010

domingo, 12 de diciembre de 2010

La noche que despierta

"Me dije que uno escribe siempre sobre el cuerpo muerto del mundo, y también sobre el cuerpo muerto del amor. Que es en los estados de ausencia donde se hunde el escrito, no para reemplazar nada de lo que ha sido vivido o supuestamente ha sido, sino para consignar el desierto dejado por ello."
Marguerite Duras

La noche se lleva al difunto, lo arrastra, sigilosamente lo cuida en sus manos oscuras lo envuelve. La noche le ofrece protección. Con este frío, con el frío de cadáver exquisito, un hijo de penas, hermano de frutos agrios dolores espinosos. Se lo ha herido, y se lo ha matado en vida y creen que con un manto de novela rosa los puntazos no se ven, pero de esos huecos desbordarán jaleas para un nuevo río. De la muerte nace vida y de la vida se va a la muerte.
Han herido un alma y por cada daga volverán cinco no dispuestas a matar, a recuperar lo robado, desgraciados momentos, desgraciado sol que todo lo quiere esconder, es la noche la que revela los misterios alumbrándolos, es la noche, hija de la verdad, la que despierta a las razones y a las pasiones. Es mujer y su instinto lo revela, abraza, como madre, al dolido y alumbra al opresor maldiciendo su consciencia. Palabras azules, adornan a los muertos, acarician, sólo ella los recoge y los levanta hacia la dignidad.

Estefanía A.

sábado, 27 de noviembre de 2010

infinita Alejandra

a León Ostrov

Señor

La jaula se ha vuelto pájaro

y se ha volado

y mi corazón está loco

porque aúlla a la muerte

y sonríe detrás del viento

a mis delirios

Qué haré con el miedo

Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa

ni las estaciones queman palomas en mis ideas

Mis manos se han desnudado

y se han ido donde la muerte

enseña a vivir a los muertos

Señor

El aire me castiga el ser

Detrás del aire hay mounstros

que beben de mi sangre

Es el desastre

Es la hora del vacío no vacío

Es el instante de poner cerrojo a los labios

oír a los condenados gritar

contemplar a cada uno de mis nombres

ahorcados en la nada.

Señor

Tengo veinte años

También mis ojos tienen veinte años

y sin embargo no dicen nada

Señor

He consumado mi vida en un instante

La última inocencia estalló

Ahora es nunca o jamás

o simplemente fue

¿Còmo no me suicido frente a un espejo

y desaparezco para reaparecer en el mar

donde un gran barco me esperaría

con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas

y hago con ellas una escala

para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final

Todo continuará igual

Las sonrisas gastadas

El interés interesado

Las preguntas de piedra en piedra

Las gesticulaciones que remedan amor

Todo continuará igual

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo

porque aún no les enseñaron

que ya es demasiado tarde

Señor

Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez

cuando yo era una anciana

Las flores morían en mis manos

porque la danza salvaje de la alegría

les destruía el corazón

Recuerdo las negras mañanas de sol

cuando era niña

es decir ayer

es decir hace siglos

Señor

La jaula se ha vuelto pájaro

y ha devorado mis esperanzas

Señor

La jaula se ha vuelto pájaro

Qué haré con el miedo