lunes, 27 de septiembre de 2010

La verdad es la única realidad

Del otro lado de la reja está la realidad, de
este lado de la reja también está
la realidad; la única irreal
es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien
si pertenece al mundo de los vivos, al
mundo de los muertos, al mundo de las
fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o
de la producción.
Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel
cuerpo, ese vaso de vino, el amor y
las flaquezas del amor, por supuesto, forman
parte de la realidad; un disparo en
la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos, aquellos
gritos irreales de dolor real de los torturados en
el angelus eterno y siniestro en una brigada de policía
cualquiera
son parte de la memoria, no suponen necesariamente
el presente, pero pertenecen a la realidad. La única aparente
es la reja cuadriculando el cielo, el canto
perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz
fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo inmenso
cubriendo la Patagonia
porque las masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad, como
la esperanza rescatada de la pólvora, de la inocencia
estival: son la realidad, como el coraje y la convalecencia
del miedo, ese aire que se resiste a volver después del peligro
como los designios de todo un pueblo que marcha
hacia la victoria
o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a defenderse,
a rescatar lo suyo, su
realidad.
Aunque parezca a veces una mentira, la única
mentira no es siquiera la traición, es
simplemente una reja que no pertenece a la realidad.

Paco Urondo

jueves, 16 de septiembre de 2010

Compañeros Presentes

Hoy
me he quedado inmóvil observando en el recuerdo
el beso que se estrellaba en el muro.
Flor o acero. Ni ángel ni desángel.
Sólo la verdad desnuda.
La voz es un reclamo de amor y un instante duro.
Pero las manos no pierden el momento de tus manos.
¿dónde estás, en qué tiempo, en qué mundo te encuentro?
¿Hasta dónde estiro la mirada para verte?
Si me dieras una señal, el próximo 31 de diciembre
me llegaría hasta vos.
No creas que no te busco, no me olvido,
pues no hubo adiós; nos dijimos hasta luego.
Por favor, que las aguas del mar te traigan hasta mí.
O la soledad del otoño,
o las flores de la primavera.
Como quieras.
Pero no dejes de volver a lo que soñamos.
Si no es conmigo, ojalá que igual estés en paz.
¿Te acordás?
Habíamos quedado en ir de vacaciones
o de juntarnos todos los chicos a tomar cerveza.
Pero estoy solo, ni vos ni ellos han vuelto.
Y yo camino mirando a ver si los encuentro.
Me junto con sus madres, padres, hermanos,
tíos, amigos, y no sé qué decirles,
¿dónde están las palabras para ellos?
Todavía no he aprendido a no desafinar,
¿y las idas a las villas?
¿Qué es esto de sobreviviente? ¡Por favor!

Que algún día los encuentre.

Poema de Pablo Díaz, sobrevivientes de 'La noche de los Lápices' 1976/2010

lunes, 13 de septiembre de 2010

Fragmento. En el país prohibido

" No puedo hablar con toda la gente que quiero. Sólo converso con las personas que están previstas. Es una limitación, porque siento la necesidad de enterarme de cuanto sucede, de trajinarles el alma a amigos y conocidos. En algunas partes percibo, a despecho de la gran crisis, que no han muerto los viejos mitos. El chileno sigue siendo el de antes, más adolorido y golpeado, es cierto. Pero su capacidad de acogida, los rituales de la amistad, parecen intactos, aunque ahora está más pobre. Otros han perdido la inocencia virginal, pese a que desde arriba se insiste a troche y moche en que el país es el Nuevo Edén. Me muevo desde la nieve al mar, del desierto al sur. Huelo, aspiro sensaciones y noticias. Reveo, al parecer, sin miedo, las ciudades. Entro en los pueblos, innombrado. Me interno en los bosques y allí hacemos un puritano picnic secreto, con yogurt, jugo de naranjas y sándwiches de jamón y queso. A lo lejos veo pasar por el camino los niños que van a la escuela rural, con sus bolsones. Esa zona me continúa dando la sensación de frontera y me evoca las guerras con los indios. Par mí cada detalle, en la situación en que me hallo, es un rasgo que agrego al retrato, y también a la leyenda del Chile que reencuentro. Siento que estoy absorviendo lo visible y lo invisible, ángeles y demonios por todos los poros; pero repito que no puedo hablar con desconocidos ni con cualquiera que se me cruce en el camino. Debo seleccionar de antemano a mi interlocutor. De repente, en un motel del camino o junto a una bomba de bencina, me parece descubrir pasajeros de un autobús, un camionero y unas mujeres que me miran y cuchichean entre sí. ¿Alguien me ha reconocido o son alucinaciones? Naturalmente, para salir de dudas no puedo interpelarlos. Más vale seguir de viaje sin dar la sensación de una fuga. ¡Que los Dioses del Camino nos protejan del miedo de la ruta y de los temores imaginarios, del terror pánico y de los delirios de la imaginación! "

miércoles, 8 de septiembre de 2010

"La oligarquía que nos explotó miles de años en el mundo tratará siempre de vencernos. Con ellos no nos entenderemos nunca por que lo único que ellos quieren es lo que nosotros no podremos darle jamás: nuestra libertad. Todo explotador es enemigo del pueblo. La justicia exige que sea derrotado "

lunes, 6 de septiembre de 2010

Al dragón celeste nos une amistad perdurable;
es nuestra existencia serena, inmutable,
nuestra eterna risa, serena y astral.

Herman H.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Así nació la fundación Eva Perón: para los primeros fondos. Eva se dirigió a mí. Una noche en la mesa me expuso los programas, parecía una máquina calculadora. Al terminar le di mi consentimiento de ley. Le pregunté: '¿Y dónde están los fondos?'. Ella me miró muy divertida: 'Muy sencillo, comenzaremos con los tuyos' ' ¿Con los míos? ¿Y cuáles?'. 'Tu sueldo de presidente'