viernes, 25 de diciembre de 2009

Mi madre fue muy imaginativa y con una cierta visión del mundo. No era una gente culta pero era incurablemente romántica y me inició en las novelas de viajes. (...) Mi madre leía mala literatura, no era culta pero su imaginación me abría otras puertas. Teníamos un juego: "Mirar el cielo y buscar la forma de las nubes e inventar grandes historias. " Esto ocurría en Banfield. Mis amigos no tenían esa suerte. No tenían madres que mirasen las nubes.

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