jueves, 11 de febrero de 2010

"...Se necesita tener el alma larval de un ser-planta para alojarse en ellas (casas-edificios). Han dosado la luz y el calor, han condicionado el aire y la electricidad. ¿Para qué? Para vivir de perfil en sucuchos, para tropezar con la propia sombra a cada paso, para romperse la nariz en las aristas. La iniquidad mercenaria de la sociedad actual pareciera engolosinada en la destrucción sistemática de los valores substanciales del mundo ¿ Por qué no abrirle cancha en vez de comprimirlo? Conmigo no cuente, pues, para esas patrañas. Mi cosmos personal reclama todas la maravillas apetecibles de la variedad..."

Juan Filloy

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